Miércoles 13 de Marzo
Daniel significa “Dios es mi juez”. Este libro muestra que hay tiempos de pruebas y un examen o juicio que define si se pasa la prueba o no.
TIEMPO: Estos jóvenes, príncipes hebreos, durante tres años tenían que estudiar, aprender la lengua y ciencia de los caldeos, capacitarse para estar al servicio del rey de Babilonia, comiendo y bebiendo lo que el rey comía y bebía.
PRUEBA: En cuanto a comer y beber implicaba una decisión. La instrucción que como niños habían recibido en el hogar de sus padres, los hizo fuertes en la fe y firmes en el servicio que rendían al Dios viviente; habían aprendido qué comer y qué no, de acuerdo a las Escrituras.
Sabían que estaba escrito, no comer lo sacrificado por los paganos a los ídolos, demonios y dioses porque con ello deshonraban los principios de la Ley de Dios.
Dios está dando un tiempo de gracia en el cual debemos ser probados. El Señor premia la lealtad a su Palabra, por lo que nuestro actuar debe ser bajo un “escrito está” para alcanzar su gracia, obrando de acuerdo a lo que Él establece; Dios moverá a otros para que obren a nuestro favor.
EXAMEN: La decisión de Daniel: “no contaminarse con la porción de la comida del rey”, petición que hizo al encargado: durante diez días (tiempo) comer legumbres y agua (prueba) y al final comparar sus rostros con los que comen comida del rey (examen) y que hiciera con ellos conforme viera. “Y puso Dios a Daniel en gracia y en buena voluntad con el jefe de los eunucos” (V. 9).
Los jóvenes salieron aprobados; “pareció el rostro de ellos mejor y más robustos que el de los otros muchachos” (V. 15)
“Dios les dio conocimiento e inteligencia en todas las letras y ciencias” (V. 17).