Lucas 8
“Alguien me tocó. Sentí que salió poder de mí” V. 46
Seleccionar una porción de este texto fue muy difícil, es un capítulo que deja enseñanza tras enseñanza, así que, estudiándolo de manera general, se encuentra un mensaje de autoridad y fe, una comisión, un premio…
Las mujeres que Jesús había sanado, le seguían y le ayudaban con sus propios recursos (Vs. 1-3). Seguramente, a cuanto encontraban le relataban lo que habían recibido del Hijo de Dios. La parábola del sembrador finaliza hablando de los que escuchan con corazón bueno y noble, ellos obedecen y producen fruto (V. 15). ¿Cómo? Contando, dando testimonio de lo que Dios ha hecho en sus vidas. Se exhorta a utilizar bien lo que el Padre nos da, a ser luz e iluminar a otros (llevando las Buenas Nuevas). Jesús, una y otra vez, revela Su Autoridad (enseñando con parábolas (Vs. 4-15/16-18), tomando el control de las fuerzas naturales (Vs. 22-25), expulsando demonios (Vs. 26-39), sanando a los enfermos (Vs. 40-48), resucitando muertos (Vs. 49-56).
Pero en cada relato, la constante es la FE, para todos fue necesario creer y continuar con la misión de confesar a otros lo que habían visto, lo que habían recibido, lo que Dios había hecho por ellos.
Hoy, Dios te dice: “Sólo cree” y tu fe activará el poder de Dios, vendrá Su Poder para restaurar, sanar, liberar, detener las tormentas de tu vida, dar vida a aquellos que andan por esta tierra muertos espiritualmente. Recuerda que cada uno de ellos también tuvo que esperar: la semilla debía crecer, la barca debía inundarse, el endemoniado debía estar sin control humano, la mujer debió agotar todos los recursos y la niña tuvo que morir. Espera tu tiempo y recibirás el premio, ser considerado parte de la familia de Cristo:
Quienes oyen la Palabra de Dios y la obedecen (V. 21b)