Lecturas del 7 - 11 de Diciembre

LUNES 7 DE DICIEMBRE
JOSÉ, ESPOSO DE MARÍA
• Mateo 1: 18-25 •
Antes de comenzar, miremos cómo era un matrimonio judío en la época en que nació el Salvador.
Constaba de tres etapas:
1. Las familias se ponían de acuerdo.
2. Se daba a conocer públicamente, quedaban comprometidos oficialmente y sólo podían separarse por muerte o divorcio
3. Se casaban y comenzaban a convivir.
Al momento en que José se enteró del embarazo de María ya se encontraban en la etapa 2, comprometidos oficialmente, luego la unión se podía deshacer por muerte o divorcio.
La aparente infidelidad de María daba a José la posibilidad de divorciarse aduciendo fornicación, pero María hubiese podido ser apedreada hasta morir.
José conocía las cualidades de María, por eso, no entendía cómo una mujer tan dedicada y pura, podía estar embarazada; cuando ella le contó del embarazo divino, él trataba de comprenderlo, pero, como todo mortal, encontraba muy irreal la causa de este embarazo, por lo que decidió dejarla en secreto para que no fuera humillada por la sociedad, así le evitaría sufrimientos.
Pero antes de que tomara esta decisión, se originó la intervención divina y a través de un ángel, Dios le reveló el hecho del embarazo; entonces, José obedeció el mensaje, se casó con María, respetó su virginidad hasta después del nacimiento de Jesús.
Desconocemos cuánto tiempo estuvo José con María y Jesús, pero de lo poco que tenemos información se nota que le brindó una adecuada educación espiritual y que la familia viajaba a Jerusalén cada año para celebrar la pascua, actividad que Jesús continuó hasta su muerte.
Desde que el ángel le habló, José supo que Jesús será una persona excepcional; esa convicción y el acatar la Palabra de Dios, lo habilitaron para ejercer con dignidad, la condición de Padre terrenal de Jesús.
Ahora bien, mirando el papel de José podemos preguntarnos:
¿Qué destacamos en el Padre terrenal de Jesús?
1. Fue un hombre íntegro, digno de ser el Padre del Salvador, no tuvo mácula que dañara su vida.
2. Era descendiente de David, por eso al mirar la genealogía de Jesús vemos que era de la línea de David, por su padre.
3. Actuó como Padre legal y terrenal de Jesús.
4. Fue sensible a la dirección de Dios, estuvo dispuesto a acatar Su Voluntad sin importar las consecuencias.
¿Qué lección aprendimos de José?
1. Dios premia la integridad.
2. Dios no elige personas por su posición social (carpintero).
3. Dios aplacó su sentimiento cuando iba a dejar a María, José obedeció y el Señor lo guió.
MARTES 8 DE DICIEMBRE
CRISTO, LA PALABRA VIVA
• JUAN 1: 1-5 •
En el evangelio, el apóstol Juan nos describe a detalle el término “logos”, el verbo, la Palabra como descripción de la filosofía griega, que se refería a la palabra hablada, escrita o que aún no se ha pronunciado; y esa Palabra era Dios, para darnos como punto central al Señor Jesucristo quien es presentado como el Eterno Dios.
1. Su Eternidad: Pues desde el principio, Dios Padre Creador, está en unidad con su Hijo y el Espíritu Santo en la Obra de la creación, y nos muestra la eternidad del Señor Jesucristo (V. 1a).
2. Su Comunión: “Ahora pues, Padre, glorifícame tú al lado tuyo, con aquella gloria que tuve contigo antes que el mundo fuese”. – Juan 17: 5
Aún sin tener la necesidad de crearnos, lo hizo para que veamos el gozo de Su creación y la Obra del Señor Jesucristo en la cruz para salvar a una humanidad caída (V. 1b).
3. Su Divinidad: Siendo de la misma esencia del Padre, haciendo una sola Voluntad con Él, se hizo carne por nosotros, para cambiar nuestra historia (V. 2).
“Entonces Jesús explicó: “Les digo la verdad, el Hijo no puede hacer nada por su propia cuenta; sólo hace lo que ve que el Padre hace. Todo lo que hace el Padre, también lo hace el Hijo…“ – Juan 5: 19 (NTV).
4. Sus Atributos: Su divinidad, Creador de todo, todas las cosas por Él fueron hechas, autor de Vida y Luz (V. 3-4)
Colosenses: 1:16.
Aplicación: Triunfador sobre la oscuridad que puede sobreponerse en la Luz (V. 5).
MIÉRCOLES 9 DE DICIEMBRE
CORAZONES EN EL DESIERTO…
• JUAN 1: 19-27 •
... «Soy una voz que clama en el desierto: “¡Abran camino para la llegada del Señor!”».
Permítanme contarles un poco del contexto histórico de este pasaje. Los judíos habían estado por muchos años como una nación subyugada por otras naciones, quienes les imponían sus reglas y los colocaban a tributar.
Tenían la esperanza de que el Mesías apareciera para hacer de ellos una nación libre, pero tenían un temor, que alguien pretendiendo ser quien no era, engañara al pueblo, pues en ese tiempo se había levantado un movimiento nacionalista llamado los zelotes que se caracterizaba por su violencia y odio hacia los romanos.
Así que, los líderes religiosos envían a investigar y preguntar quién era aquel que bautizaba y cuáles eran sus intenciones.
En la mente de los fariseos había una respuesta de cuatro posibles…
1. Juan era el profeta anunciado por Moisés en Deuteronomio 18: 15
2. Era Elías, de acuerdo a la profecía de Malaquías 4: 5
3. Era el Mesías esperado.
4. Era un falso profeta.
Entonces le preguntan a Juan quién era, y él les contesta quién NO era.
No soy el Mesías, No soy Elías, No soy el profeta.
Juan tenía claro quien era, y no pretendía obtener gloria para él, sino para Aquel que vendría. Con humildad, dice: “soy una voz que clama en el desierto, abran camino para la llegada del Señor”.
Juan enfatizó sólo la razón por la que vino, su misión. La misión de Juan consistía en preparar el corazón del pueblo judío para que recibieran y aceptaran a Jesucristo y pudieran entender el mensaje que traía.
Era una difícil misión, ya que los judíos tenían el corazón endurecido y cuando el corazón está duro, es difícil aceptar principios espirituales.
Pero esta era la misión de Juan, así que él empezó a predicar y a ser una voz que clamaba en el desierto de sus corazones.
¿Y qué predicaba? Bueno, siempre encontraremos a Juan exhortando al pueblo al arrepentimiento, pues el corazón se empieza a ablandar a través del arrepentimiento.
Finalmente, veamos la conclusión práctica de esta enseñanza: Hay un sólo camino para llegar al Padre, a la vida eterna… se llama Jesucristo.
Entonces, la misión nuestra, como la de Juan, es ayudar a preparar el corazón de muchas personas para que reciban y acepten a Jesucristo, y puedan entender sus enseñanzas.
Así que, da testimonio de lo que Jesús a hecho en tu vida, en tu casa, en tu familia…
Hay muchos corazones en este desierto… Sé una voz que clama en él… Para que muchos encuentren al Salvador.
JUEVES 10 DE DICIEMBRE
LA VERDAD Y LA PRUEBA
• TITO 2: 1-8 •
Tito, uno de los jóvenes que acompañaban al Apóstol Pablo en sus muchos viajes misioneros, vino por primera vez a Cristo siendo griego y estando en la ciudad de Antioquía. Cuando se escribió esta epístola, se encontraba en la isla de Creta, al sur de Grecia.
Los ancianos a quienes Tito iba a nombrar tenían que ser capaces de hacer dos cosas: exhortar y refutar a los herejes con la Palabra de Dios.
1. La iglesia tiene que enseñar y predicar la Palabra de Dios.
«Pero tú habla lo que está de acuerdo con la sana doctrina».
Los ancianos deben estar aferrados en las verdades de la Biblia, así no serán influenciados por la oratoria poderosa de falsos maestros, ni por circunstancias trágicas o por emociones. Aprenda la Biblia, escudríñela, estudie teología, aplique principios bíblicos y ponga por obra lo que aprende. Pablo dijo a Tito que debía enseñar las Escrituras, así como vivirlas. Debemos hablar, exhortar y corregir a otros cuando sea necesario, sin temor.
Que los hombres puedan ser respetados y capaces de controlarse a sí mismos, hombres radicales en la Palabra.
Las mujeres deben ser reverentes en su conducta, no ser chismosas, ni adictas al vino. Y deben ser maestras del bien para las mujeres más jóvenes.
Exhorta asimismo a los jóvenes a que sean prudentes. «Preséntate tú en todo como ejemplo de buenas obras; en la enseñanza, mostrando integridad, seriedad».
La integridad contiene la idea de la incorruptibilidad, de pureza; es decir, que en su enseñanza él tenía que mostrar su fe completa en la Palabra de Dios.