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Lecturas del 24 de Febrero al 01 de Marzo

Actualizado: 1 mar 2020



LUNES 24 DE FEBRERO

CLARA OPOSICIÓN

• Hechos 13:4-12 •


Trataba de impedir que el gobernador creyera. (V. 8b)

Saulo y Bernabé recorrieron Chipre, hasta llegar a la ciudad de Pafos; allí sucedió algo que puede equiparar este pasaje con lo que sucede en nuestros días, cuando algún notable asiste a una iglesia cristiana, aparenta que se interesa por acercarse a Jesús, pero cuando sale de allí es invitado a rezos, baños, conjuros, rituales de limpieza, hechicería.


En Pafos, conocieron a uno de estos personajes, veletas que van a donde las lleven, sin poner su corazón y mirada en el Consumador de la fe. Barjesús (hijo de Jesús – significado) era judío, pero era un falso maestro conocido como Elimas (hechicero en griego). Sabía hablar de la Palabra, pero la usaba y torcía a su conveniencia; su interés era interponerse para desviar la buena enseñanza de Pablo y conservar él, el poder que tenía al lado del gobernador.


¿Cuántas veces nos encontramos con individuos como éstos? ¿Cómo reconocerlos? Sólo con la llenura del Espíritu Santo, pues es así como Pablo, lleno del Espíritu Santo, pudo ver que el mago era un hijo del diablo y de esta manera declaró lo que a estos “maestros” les espera: “Quedarás ciego. No verás la luz del sol por un tiempo” (V. 11). Cuando el gobernador vio lo sucedido, se convirtió.


Por esto, debemos escudriñar las Escrituras, estudiarlas y entenderlas, pues si hablamos lo que no es, también seremos tropiezo para otros; pero si conocemos al Padre y Su Palabra, no nos podrán engañar, ni desbaratar nuestros argumentos y mucho menos presentar oposición en contra de la Verdad que compartimos.


Exponer la veracidad que narra la Biblia sirve de testimonio a aquellos que con sinceridad se interesan en las cosas de Dios; las señales y milagros tienen como propósito que la gente crea.

…cuando vio lo que había sucedido, creyó… (V. 12).

 

MARTES 25 DE FEBRERO


SABIDURÍA: JOYA PRECIOSA

• SANTIAGO 3:13–18 •




En esta vida no es suficiente tener conocimiento. Se necesita sabiduría para usarlo correctamente. Algunas personas son muy inteligentes, hasta podríamos decir, que son brillantes. Sin embargo, no tienen sentido común. No toman buenas decisiones.


Salomón podía haber pedido riquezas, honor, fama o poder. Pero no pidió nada de eso. Al contrario, demostró su gran carácter, cuando le dijo a Dios: “Yo te pido que me des un corazón con mucho entendimiento para gobernar a tu pueblo, y para discernir entre lo bueno y lo malo”.


¡Eso es humildad! Con manos abiertas, Salomón le pide a Dios que le dé todo lo que necesita para lograr su cometido. El rey, joven e inexperto, abrumado por las responsabilidades de gobernar una gran nación, necesitaba la sabiduría del Señor, para hacerlo bien.


La sabiduría de este mundo aclama al hombre, pero empaña la gloria de Dios. Pablo dice: “Que nadie se jacte en la presencia de Dios”. “El que se gloría, que se gloríe en el Señor”.


¿Es tu celo por el Señor espiritual o carnal?, ¿te alegras cuando otros tienen éxito o, los envidias y críticas por lo bajo?, ¿Cuando otros fracasan, te da pena, o te alegras? Cuando la sabiduría terrenal entra a la iglesia, empiezan las promociones carnales y las exaltaciones del hombre. ¡Hay que tener mucho cuidado!


¿Actúas de la misma forma en tu casa, en el trabajo, en la iglesia, o en público? ¿Edificas a otros, te regocijas por sus éxitos, poniendo sus necesidades e intereses, antes que los tuyos? ¿Dejas un aroma de armonía y alegría a tu paso?


¿Necesitas amistarte con alguien? ¿Necesitas perdonar? ¡HAZLO AHORA! ¿Necesitas regresar a Dios, volver a orar, leer tu Biblia, y alabar a Dios? ¡COMIENZA AHORA! ¡Nunca es tarde para comenzar de nuevo!


Jesucristo es el autor y consumador de la sabiduría celestial. El fruto de justicia se siembra en paz, para aquellos que hacen la paz.

 

MIÉRCOLES 26 DE FEBRERO


No hay nada imposible para Dios

• Efesios 2:12-22 •

¿Qué hace una persona deambulando por la calle, sin futuro, sin esperanza de un mejor mañana? Francamente, si yo estuviera hoy en la posición de una persona perdida, me hundiría en la desesperación y no sé lo que haría para olvidarme de todo, pues ya no me quedaría ninguna esperanza.


Hoy es un muy buen día para agradecer a Dios por todas aquellas cosas que ha hecho y está haciendo por nosotros, porque Él es Bueno.


Y también quiero recordar que Dios, el Padre, ha estado involucrado desde el principio de los tiempos en mi salvación, aun cuando yo no la mereciera, pero Su gracia y amor hacia cada uno de nosotros es inimaginable, pues Él nos ama tanto que envió a lo más preciado del cielo, a Jesús su Hijo, para llamarme a Sus brazos de amor y estar con Él por toda la eternidad, ¿se imagina? Donde no habrá más llanto ni dolor.


Esto sólo trae a mi mente un pensamiento que espero te pueda ayudar a entender y comprender que ¡para Dios No hay nada imposible!


Así que, si usted viene al Señor Jesucristo, no solamente pasa a formar parte de Su pueblo escogido, sino que va a ser llevado a un lugar donde va a estar ante Dios, en un mismo nivel con los demás; es decir que, no existirá distinción alguna como, por ejemplo, si es judío o gentil, porque hemos sido hechos hijos de Dios.


Esto significa que, ahora tenemos paz con Dios, y también tendríamos que tener paz entre nosotros, porque estamos al mismo nivel ante Dios.


Si usted es un hijo de Dios en Cristo, no importa quién sea usted ahora, porque estaremos juntos por toda la eternidad, bajo un mismo Espíritu, por el cual adoraremos a Dios, pues hemos sido colocados juntos en Cristo, quien ha conseguido la paz.

 

JUEVES 27 DE FEBRERO


DISCÍPULO O CREYENTE


• Lucas 14:25-33 •


Este texto nos quiere decir que debemos colocar a Dios en primer lugar. Es una cuestión de prioridades, la que demuestra la devoción y consagración de un discípulo de Cristo. Paradójicamente, el colocar a Dios en el primer lugar, mantiene, refuerza y consolida los lazos familiares.


Aunque los discípulos de Cristo, no son todos crucificados, sin embargo, todos llevan su cruz y deben llevarla en el camino del deber; Jesús le invita a contar con eso y luego a considerarlo. La costumbre de los Romanos cuando iban a ejecutar a un criminal, era que éste tenía la obligación de llevar la cruz en que iban a colgarlo; esto mostraba sumisión a Roma y además advertía a los observadores que les era mejor someterse.


Seguir a Cristo significa sumisión total a Él, quizás hasta morir por Él. Nuestro Salvador explica esto diciendo: Sentaos y calculad el costo; considerad lo que costará la mortificación del pecado, de las lujurias más apreciadas. El pecador más orgulloso y atrevido no puede resistir a Dios, porque ¿quién conoce la fuerza de su ira? Nos interesa buscar la paz con Él y no tenemos que enviar a preguntar las condiciones de la paz, porque nos son ofrecidas y nos son muy provechosas.


El discípulo de Cristo será puesto a prueba en alguna forma. Sin vacilar, procuremos ser discípulos y seamos cuidadosos para no relajarnos en nuestra profesión, ni asustarnos ante la cruz; que podamos ser la buena sal de la tierra, para sazonar a quienes nos rodean con el sabor de Cristo.


Como conclusión, podemos entender que hay una diferencia entre ser un creyente y ser un discípulo que está dispuesto a dejar todo, con tal de seguir a Jesús todo su tiempo. Desafortunadamente, no todos los creyentes son discípulos. Hay un diferente nivel de dedicación.


 

VIERNES 28 DE FEBRERO

¿Quién te puede condenar?

• Romanos 8:1-17 •


Pablo enseña (como consecuencia de haber sido declarados justos) que, ninguna condenación hay para los que están en Cristo Jesús, los que no andan conforme a la carne, sino conforme al Espíritu.


Andar en la carne es: vivir en la vieja naturaleza pecadora, no regenerada, la cual quedó muerta en la cruz.

Andar conforme al espíritu es: vivir de acuerdo con la nueva naturaleza divina. Porque la Ley del Espíritu de vida en Cristo Jesús, me ha librado de la Ley, del pecado y de la muerte.


La Ley del Espíritu de vida en Cristo, nos da la fuerza o influencia para vencer la ley del pecado y de la muerte. Dios rompe la ley del pecado, con una Ley mayor que, fue Su vida en nosotros, Su naturaleza.


No había otra manera de ser libres, es imposible por nuestros propios esfuerzos. Si no aceptamos el sacrificio de Cristo, que nos da una naturaleza nueva, entonces no hay poder para vencer. El pecado fue vencido y la Ley del Espíritu puso Su vida en mí.


Romanos 8:3 Dios fue quien tomó la iniciativa de la salvación, por eso dice que Dios nos amó primero. ¿Quién es el que convence de pecado? El Espíritu Santo. 2 Corintios 5:21 Al que no conoció pecado, por nosotros lo hizo pecado, para que nosotros fuésemos hechos justicia de Dios en él.


El Padre enjuició a su Hijo por nosotros, es lo que se llama la doctrina de la sustitución; Cristo se puso en nuestro lugar, para poder salvarnos del infierno, condenó al pecado en la carne, destruyó con Su muerte el poder del pecado y cuando creemos, nos da la Ley del Espíritu de vida.


Romanos 8:4 para que la justicia de la Ley (Moisés) se cumpliese en nosotros, que no andamos conforme a la carne, sino conforme al Espíritu.

Andar: Significa caminar alrededor de las actividades propias de nuestra nueva naturaleza, de un nacido de nuevo, que implica un estilo de vida. El Espíritu Santo es el que opera el cambio en nuestra nueva naturaleza.


Si el Supremo Creador te ha declarado justo, no permitas que nadie te diga lo contrario, porque ninguna condenación hay para los que están en Cristo.


 

SÁBADO 29 DE FEBRERO


LA PAZ

• Filipenses 4:6-9 •


Los cristianos tenemos la seguridad de que algún día la paz cubrirá la tierra. Esta vendrá por medio de JESUCRISTO que viene al ser humano cuando sus pecados son perdonados. El apóstol Pablo escribió en Romanos 5:1 “Justificados, pues, por la fe, tenemos paz para con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo”. En Mateo11:28 Jesús, dijo: “Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar”. Ese es el descanso de la redención. Además, tenemos una paz que podemos identificar como la tranquilidad. En Juan 14:27, cuando Él dijo: “La paz os dejo, mi paz os doy; yo no os la doy como el mundo la da. No se turbe vuestro corazón ni tenga miedo”.


Ahora, la paz en Filipenses 4, es una paz que sobrepasa todo entendimiento. Es una paz que no podemos explicar porque supera nuestra capacidad de razonar y que, no disfrutamos todo el tiempo. Es una paz que embarga nuestra alma en ciertos momentos. Quizá cuando contemplamos una puesta de sol y pensamos en la majestad y poder de Dios. Ante un paisaje impresionante, enmudecemos, tratando de asimilar su belleza, o posiblemente sea la paz que se experimenta en las situaciones más difíciles que podemos enfrentar: como cuando recibimos una mala noticia del médico, una operación quirúrgica difícil, o cuando pasamos por la durísima experiencia de la pérdida de seres queridos. Así que, aunque no podamos describir esa paz, se trata de una experiencia real, que nos permite conservar la calma y aun consolar a los demás en momentos de intenso sufrimiento. La paz que Él nos da es más grande que todo lo que el ser humano pueda comprender.



«Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús».

 

DOMINGO 1 DE MARZO


ORANDO Y PREDICANDO SIN TEMOR

• Hechos 4:23-35 •


… alzaron unánimes la voz en oración a Dios (V. 24a)


¡Qué hermoso ejemplo de una oración en la que todos están de acuerdo! Para orar así, debemos estar muy conscientes de la situación, de lo que Dios dice y de Su voluntad. Primero Pedro y Juan contaron cómo los sacerdotes los habían amenazado y sus intenciones.


Nuestro país está atravesando por unas situaciones muy difíciles de protestas, paros e inconformismo. La gente espera que el gobierno solucione la desigualdad social, la pobreza extrema en la que muchos viven, la corrupción en todas las esferas. Todo esto no se resolverá hasta que la iglesia se levante por encima de las amenazas y la oposición a cumplir con la misión de predicar sin temor.


Pero lo primero que debemos hacer es unirnos para orar, todos en el mismo sentir, sin buscar beneficios propios, juntos, identificados con la petición (V. 24a). Confesando la soberanía y poder de Dios (V.24b). Declarando las Escrituras (V. 25). Expresando específicamente la situación (V. 26). Entendiendo que Dios tiene el control y es el Padre de los imposibles (V. 28). Y pidiendo de acuerdo a la Palabra de Dios, conforme a Su voluntad.


Sólo Jesucristo cambia a cada persona, después a su familia y por último a la sociedad. Entonces, mientras la iglesia, con todas sus congregaciones y denominaciones se une, empiece por su casa, enseñe a su esposo(a) a orar en unanimidad, a sus hijos, a sus familiares, y poco a poco iremos alcanzando a los vecinos y la sociedad.


Pongámonos de acuerdo para orar por nuestra nación. ¡Hagamos que tiemble la tierra, porque Dios se mueve en ella! ¡Que nuestra hermosa Colombia sea llena del Espíritu Santo!


Todos los creyentes eran de un solo sentir y pensar (V. 32).

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