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Lecturas del 22 - 26 de Febrero


LUNES 22 DE FEBRERO


“JEHOVÁ ESTÁ CONTIGO… VARÓN ESFORZADO Y VALIENTE”

• JUECES 7: 1-8 •


Esta porción de la Biblia, nos describe cómo el Señor escogió a un hombre llamado Gedeón, lleno de temores y de inseguridades, para liberar a Su pueblo de los madianitas, quienes eran ladrones e invasores del pueblo de Israel. Por 7 años, el pueblo de Dios sufrió sus abusos y era tanto el miedo que les tenían que hicieron cuevas, cavernas y lugares fortificados para protegerse de esta tribu, que venía como langostas, destruían y hurtaban sus cosechas y ganados, y de esa manera los empobrecían.


Pero los israelitas clamaron a Jehová y Él les envió un varón llamado Gedeón, un hombre insignificante y con muchos miedos e inseguridades, para que los liderara y librara de los abusos de los madianitas. Este varón llamado Gedeón hizo el llamado al pueblo de Dios y reunió 32 mil soldados israelitas. El Señor le dijo que eran muchos y que si derrotaban a sus opresores se podían llenar de orgullo y soberbia.


Gedeón preguntó a sus guerreros, quienes tenían miedo para que se devolvieran y efectivamente, se regresaron 22 mil; Dios dio instrucciones nuevamente a Gedeón para que llevara al ejército restante a las aguas y separara a los que lamieran las aguas con su lengua, como las lame un perro, de los que doblaban las rodillas para beber. Finalmente, fue el número de quienes lamieron el agua, 300 hombres, los escogidos por el Señor para derrotar a los madianitas.


Como conclusión, podemos observar que Dios, en Su infinito poder, usó un pequeño y poco promisorio grupo para salvar a Su pueblo, y para que el mundo ayer, hoy y por la eternidad pueda ver que la Gloria y el Poder son de Él y de nadie más. El apóstol Pablo retomó este tema al escribir, más de mil años después, “pues mirad, hermanos, vuestra vocación, que no sois muchos sabios según la carne, ni muchos poderosos, ni muchos nobles; sino que lo necio del mundo escogió Dios para avergonzar a los sabios; y lo débil del mundo… para avergonzar a los fuertes, …para que, como está escrito: el que se gloría, gloríese en el Señor” (1 Corintios 1: 26-31).


 

MARTES 23 DE FEBRERO


FIRMES EN LA FE

• HEBREOS 3:12-19 •



Tengan cuidado, es una advertencia a que no escondamos la maldad ni la falta de fe para darle la espalda al Dios viviente, diciendo la frase NO CREO. Al contrario, animémonos unos a otros, TODOS LOS DÍAS mientras exista ese HOY (la vida). Y luego dice: ayudémonos a reconocer el pecado. Incluso podemos llegar a un punto en el que podamos sentir que nuestras vidas son satisfactorias ante Dios, aunque estemos viviendo una realidad que se parezca a la vida de los israelitas en el desierto.


Luego, destacamos la frase: «tenemos el privilegio de compartir todo lo que Cristo tiene». Simplemente pensemos en las implicaciones de esta declaración. “Estamos unidos a Cristo”.


Continúa diciendo: «pero si es que seguimos firmes hasta el final». Nosotros probamos que somos miembros de la familia de Cristo, es decir, que le pertenecemos, «si nos mantenemos seguros y confiados de hablar abiertamente de la esperanza que tenemos».

El pueblo de Israel vagó por el desierto porque los israelitas no tuvieron fe para entrar en la tierra prometida. Canaán no representa al cielo; representa el lugar de las bendiciones espirituales y la victoria. El apóstol Pablo habló de su propia experiencia cuando exclamó en Romanos 7:24: “¡Miserable de mí! ¿Quién me librará de este cuerpo de muerte?». Éste no fue el clamor de un individuo que no era salvo, sino el clamor de un individuo salvo que era un cristiano derrotado, que no encontraba satisfacción en Cristo porque no estaba confiando. Su problema era la falta de fe.


En la frase «no se opongan» encontramos la idea de que Dios estaba muy disgustado con ellos porque habían oído, pero no habían creído. Habían tenido fe como para salir de Egipto, pero eso fue todo lo que pudieron lograr.


Ahora, observemos la pregunta: «¿Y quiénes fueron los que escucharon la Voz de Dios y aun así se rebelaron contra Él? Dios estuvo disgustado con aquella multitud que salió de Egipto. Habían pecado y como resultado, murieron y sus cadáveres quedaron en el desierto. Sólo dos hombres entre aquel numeroso grupo tuvieron fe y creyeron en Dios, fueron Josué y Caleb. Y fueron los únicos que llegaron a entrar en la nueva tierra.


A causa de su incredulidad no supieron lo que sería caminar por Canaán, (ese era el reposo del que hablaba Dios), disfrutando de los frutos de esa tierra, y experimentando satisfacción simplemente por creer en Dios. Dios dijo que no entrarían en su reposo. Y pronunció un juramento en relación con esa decisión. Dios no necesitaba hacer aquello, pero al hacerlo, quiso hacer una clara demostración de que hablaba en serio.

Pensándolo bien, ¿no te parece mejor someterte a Dios en fe y confianza hoy? Puedes estar seguro de que Él quiere tu bien y de que todo lo que tiene planeado para ti resultará en satisfacción y bendición duradera.



 

MIÉRCOLES 24 DE FEBRERO


TAREAS PENDIENTES

• HAGEO 1: 1-8 •


Al empezar un proyecto, iniciar una actividad, comenzar a construir un sueño, se percibe una gran alegría en los rostros y una enorme expectativa en el ambiente. Empezar es emocionante; permanecer es desafiante; y terminar es difícil. Lo cierto es que el corazón humano tiene una enfermiza tendencia a dejar tareas pendientes.


Cuando llegamos a los pies de Cristo, Él nos perdona y empieza a santificarnos (Tito 3: 3-6) pero no nos quita automáticamente las conductas aprendidas por años. Como resultado, muchos cristianos somos propensos a dejar inconclusas las tareas que el Señor nos encomendó. De esto precisamente habla el profeta Hageo. Él entra en escena en un momento en que un pequeño grupo de judíos milagrosamente obtiene permiso para regresar a Jerusalén tras años de cautiverio en Babilonia. Dios los envía a la ciudad santa a reconstruir el tiempo. Han pasado 18 años desde su regreso y la labor quedó a medias como otro punto en la lista de tareas pendientes.

Las palabras de Hageo son verticales y específicas (Hageo 1: 2-4):


V. 2 «Esto es lo que dice el Señor de los Ejércitos Celestiales: el pueblo alega: “Todavía no ha llegado el momento para reconstruir la casa del Señor”».

Vs. 3-4 Entonces el Señor envió el siguiente mensaje por medio del profeta Hageo: «¿Por qué viven ustedes en casas lujosas mientras mi casa permanece en ruinas?».

En este pasaje vemos cómo el profeta les recuerda a sus oyentes que Dios les ha dado un encargo, que ellos tienen una excusa y Él viene a darles un empujón.

El encargo es una labor terrenal con una función espiritual: “reconstruir la Casa del Señor”. La excusa no podía ser más típica: “Todavía no ha llegado el momento”. ¿Cuántas veces nos excusamos en la falta de tiempo o en que aún no ha llegado el momento preciso?


Finalmente, el empujón viene en forma de confrontación: “¿Por qué viven ustedes en casas lujosas mientras mi casa permanece en ruinas?”. Dios confronta a Sus hijos con Su propia lógica. Es como si dijera: - OK, ¿no es tiempo de construir mi casa, pero sí es tiempo de construir la de ustedes? No es cuestión de tiempo sino de prioridades.

Hoy oremos porque nuestras prioridades sean las de Dios y no dejemos tareas pendientes.


Si algo es importante para Dios, debe ser importante para mí.


 

JUEVES 25 DE FEBRERO


EL FAVORITISMO ES INCOMPATIBLE CON EL AMOR DE DIOS

• SANTIAGO 2: 1-13 •



Todos en nuestras vidas hemos experimentado o visto el favoritismo, en casa, en la familia, en el colegio, en el trabajo… es más, hemos discriminado por el color, forma de pensar, edad, sexo, etc.; lo hemos visto en muchos lugares del mundo y en estos pasajes Santiago empieza a hablar del favoritismo entre creyentes en la iglesia.

La palabra favorecer incluye discriminar o separar “lo bueno de lo malo,” por eso dice la Palabra que nuestros juicios o favoritismo son guiados por malas intenciones; nacidas en nuestros pensamientos. En aquella época, la judía era una cultura muy separatista, que apartaba:


A los gentiles y judíos,

a los griegos y romanos,

a los ricos de los pobres,

a los instruidos de los ignorantes.


Por este motivo Santiago recalca a la iglesia que dentro de las reuniones no se puede realizar este tipo de separaciones; es más, usted y yo estamos separando a la gente antes de conocerla y sólo por su forma de vestir, generamos juicios con nuestras malas intenciones.

El favoritismo es pecado:

1. Porque sólo Dios juzga quien es bueno y quien es malo y no lo hace por su apariencia, sino por su corazón.

2. Nosotros emitimos un juicio sin conocer la verdad, es lo que la Biblia enseña de levantar un falso testimonio.


3. Y por nuestras motivaciones equivocadas, pensando que si damos preferencia a alguien: “esa persona me puede ayudar, pero en cambio este otro no puede”.


En los versículos 5 al 7 es muy fácil confundirse, porque si no tienes dinero, se podría decir que todos los pobres van al cielo, pero, si eres de los que tienes un poco de dinero pensarías que ya no llegaste al Reino de Dios. Santiago, quien es un excelente predicador, está exagerando un punto para corregir un paradigma en la mente de los judíos, porque ellos pensaban que se era rico por ser justo y pobre por ser injusto.


Esto es una generalización porque, al leer la Biblia encontramos varios ricos que se convirtieron y por eso Jesús dijo: “Dichosos los pobres en espíritu; porque el reino de Dios les pertenece” (Mateo 5:13). Los pobres en espíritu no siempre son pobres materialmente, son gente que reconoce que necesita a Dios.


 

VIERNES 26 DE FEBRERO


PUNTO SEGUIDO

• RUT 1: 6-18 •



Si alguna vez has pensado que la Biblia sólo tiene historias de reyes, profetas y personajes famosos, te invitamos a que leas el libro de Rut, un relato que nos muestra cómo el Poder de Dios se manifiesta en las situaciones cotidianas.


Nohemí y su familia se ven obligados a abandonar su tierra, al enfrentar una temporada de hambre; no siendo suficiente esto, tiempo después sufre la pérdida de su esposo y de sus dos hijos. En medio del duelo, su única compañía eran sus nueras moabitas Orfa y Rut. Nohemí creía que éste era el final de su historia, ya había imaginado un futuro en soledad y miseria, por eso, al ver a sus dos nueras aún jóvenes, las incita a regresar a casa de sus padres. Nohemí sentía que Dios la había abandonado.


“...El Señor mismo ha levantado su puño contra mí” (RUT 1: 13).

¿Podemos culparla por decir esto? Recordemos que esta mujer había perdido la protección de su esposo, su estabilidad económica, su techo, el amor de sus hijos, su posición social, y al final su confianza en Dios.

Pero este no era el final que Dios había planeado.

Recordemos lo que dice el apóstol Pablo en Romanos 5: 3-5 NTV.


Los problemas y las situaciones difíciles nos ayudan a:

1. Desarrollar Resistencia (Paciencia).

2. Desarrollar firmeza de carácter.

3. Fortalecer la esperanza segura de Salvación (Redención).

Nohemí no vivió sus últimos días sola y abandonada, su leal y valiente nuera Rut decidió acompañarla (Vs. 16-17), lejos de imaginarse que serían redimidas y mejor aún, que harían parte de la genealogía de Nuestro Salvador (Rut 4: 21-22).

• Donde nosotros vemos un final, Dios ve un nuevo comienzo.

• Donde nosotros vemos problemas, Dios ve una oportunidad de crecimiento.

• Donde nosotros vemos un punto final, Dios ve un punto seguido.

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