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Lecturas del 14 - 18 de Junio


LUNES 14 DE JUNIO


DEBEMOS PERDONAR A QUIENES NOS OFENDEN

• 2 Corintios 2:5-11 •


El apóstol Pablo exhorta a la iglesia de Corinto a tener mucha misericordia y consideración cuando se les llama la atención a aquellos hermanos que han ofendido a algún miembro de la congregación; recomienda darles apoyo y consuelo y hacerlo con mucho amor, no por lo que hicieron, sino porque es claro que cuando pecamos, es porque nos faltó dominio propio y nos dejamos influenciar por el enemigo, y es éste precisamente (Satanás), quien reclama los méritos por las discordias, disputas y divisiones en nuestras iglesias. También Pablo les recomienda ser obedientes en todo lo que está escrito en la Palabra de Dios, sin cuestionarlo o ponerlo en duda.


Debemos perdonar a quienes nos ofenden, de manera sincera y no sólo por apariencia o conveniencia; si no perdonamos, el único que saca ventaja o partida es Satanás, porque una iglesia con enemistades internas no puede crecer y menos agradar a Dios. El Señor Jesús, cuando Pedro le pregunta: ¿cuántas veces debía perdonar a quien le ofendía, si era suficiente siete veces?, le respondió: “no te digo hasta siete veces, sino hasta setenta veces siete”

(Lucas 11:4).


Además, el Señor Jesús, cuando les enseñó a sus discípulos la oración modelo, el “PADRE NUESTRO” (Mateo 6:12): “y perdónanos nuestras deudas, como también nosotros perdonamos a nuestros deudores”, nos recuerda que, cuando el hombre peca y tenga necesidad de pedir perdón al Padre Celestial, es necesario estar en paz con quienes lo han ofendido, perdonándolos para que, Dios escuche nuestra oración. Es claro, que lo que el apóstol le recomendaba a la iglesia de Corinto es que, cuando un hermano ofendiere a otro o a la congregación debían darle apoyo espiritual y que éste puediera reconocer su pecado, para ser libre de todo remordimiento y poder alcanzar restauración.



 

MARTES 15 DE JUNIO


VOY A VER LA VICTORIA

• Josué 11: 16-23 •


Josué el conquistador

“Tomó, pues, Josué toda aquella tierra, las montañas, todo el Neguev, toda la tierra de Gosén, los llanos, el Arabá, las montañas de Israel y sus valles” (V. 16).


“Tomó, pues, Josué toda la tierra, conforme a todo lo que Jehová había dicho a Moisés; y la entregó Josué a los israelitas por herencia conforme a su distribución según sus tribus; y la tierra descansó de la guerra” (V. 23).


Josué, un hombre obediente y confiado en la Voz de Dios que, constantemente hablaba a su vida a través de Moisés.


Qué importante es escuchar la Voz de Dios en nuestro diario vivir, sólo Su voz nos trae respuesta oportuna sin equivocación; el mundo está lleno de retos y situaciones complejas que en muchas ocasiones nos traen tristeza, desaliento, desánimo e incluso frustración.


“Estas cosas os he hablado para que en mí tengáis paz. En el mundo tendréis aflicción; pero confiad, yo he vencido al mundo” (Juan 16:33).


Es importante que tengamos claro que, si confiamos en Dios, Él nos dará la victoria en todos los escenarios de nuestra vida, Josué lo vivió venciendo pueblos en el nombre de Jehová de los ejércitos.


El Dios de Josué es Nuestros Padre, somos Sus hijos, ¿Qué padre no quiere lo mejor para sus hijos?


“Pues si vosotros, siendo malos, sabéis dar buenas dádivas a vuestros hijos, ¿cuánto más vuestro Padre que está en los cielos dará buenas cosas a los que le pidan?” (Mateo 7:11).

Cuando su Palabra se refiere a todo lo puedo en Cristo, afirma que no hay barrera ni montaña que no podamos subir, tendremos retos, pero venceremos en Su Nombre. David dijo “tú vienes a mí con espada y lanza y jabalina; más yo vengo a ti en el nombre de Jehová de los ejércitos, el Dios de los escuadrones de Israel, a quien tú has provocado”

(1 Samuel 17:45).


¿Cuál es tu guerra en este día? ¿Cuántos gigantes tienes que vencer? ¿Cuántos se han levantado contra ti? ¿La enfermedad ha tocado a tu puerta? ¿La escasez te está rondando? Confía en Cristo, Quien ya venció al mundo y nos dará la victoria.


 

MIÉRCOLES 16 DE JUNIO


PROPUESTA ORIGINAL DE FE

• Gálatas 3:6-18 •


En la carta del apóstol Pablo a la gente de Galacia, está en una fuerte defensa del evangelio y la fe en Cristo y en este capítulo 3 empieza llamándolos insensatos ya que, muchos de ellos estaban empezando a volver a realizar las prácticas de la Ley y a creer que a través de ella se recibe la salvación y Pablo, les dice: ¿acaso perdí mi tiempo en lo que les he ensañado?, y nos lleva a estos versos que son los que hoy veremos.


Vs. 6-9 Así Abraham creyó a Dios, y le fue contado por justicia. Sabed, por tanto, que los que son de fe, éstos son hijos de Abraham. Y la Escritura, previendo que Dios había de justificar por la fe a los gentiles, dio de antemano la buena nueva a Abraham, diciendo: En ti serán benditas todas las naciones. De modo que son de la fe son bendecidos con el creyente Abraham.

Por mucho tiempo se creyó que las Leyes dadas por Dios a Moisés eran las condiciones para salvarnos y vemos a este varón, del que la Biblia nos habla como justificado y lo muestra como hombre de fe, y esto ya que las tablas de la Ley vienen 430 años después de su existir; así que nos podemos hacer la pregunta de ¿Quién le predica a Abraham?, y esto lo podemos leer en Génesis 15, que nos relata la visión de Abraham y su conversación con Dios que le da la promesa que nos menciona Pablo en Gálatas 3:16 donde Dios le dice que su descendencia será como las estrellas del cielo; note bien que en ningún momento habló de la Ley o se limitó a un grupo de personas, Dios está hablando de tiempo después, cuando Cristo ratificaría esta promesa en Gálatas 3:11 “Y que por la ley ninguno se justifica para con Dios, es evidente, porque: El justo por la fe vivirá”. ¿Qué es ser justo? Esto proviene de ser justificado = que es conforme a la justicia y la razón. Si bien Abraham no tuvo un ejemplo antes de él, solo fue su fe a una promesa que, desde todo punto de vista tendía a caerse por razones como su edad, la esterilidad de su esposa, sin tierra ni parentela. Es a esto a lo que Dios nos quiere llevar, Su propuesta original de fe, creer como lo hizo Abraham, lo que Dios dijo Dios lo hará, y a esto se le conoce como fe, no necesitamos cumplir la Ley, necesitamos creer a una herencia dada en la cruz.



 

JUEVES 17 DE JUNIO


¿A QUIÉN ADORAS?

• Jueces 17: 1-13 •



En aquellos días no había rey en Israel y cada uno hacia lo que quería y la casa de Micaía, no era la excepción; la adoración a dioses falsos, la mentira, el robo, la codicia eran sus adornos.


Micaía era un hombre maduro, que había construido una familia con cimientos débiles de fe, con una confianza basada en imágenes talladas por mano de hombre, en imágenes fundidas al calor del fuego.


Lamentable situación en la que se encontraba esta familia, que lejos de la verdad vivían, que distantes estaban de vivir una vida agradable y recta ante los ojos de Dios.


Al detenernos en la historia encontramos varias razones a través de las cuales podemos entender el porqué del actuar de Micaías.


1. Guiado por una madre sin sabiduría (Jueces 17:1- 2)

• No hay corrección

• No hay ejemplo

Proverbios 13: 24 El que detiene el castigo, a su hijo aborrece; más el que lo ama, desde temprano lo corrige.


2. Animado a continuar en el camino de la idolatría (Jueces 17: 3-6)

• Su madre le facilita el camino, no le estorba.

• Levanta casa de dioses.


3. No construye su propia historia con Dios (Jueces 17: 7-13)

• Contrata un levita

• Espera que la bendición llegue por otro.


En tanto que el mundo no despierte del letargo espiritual, edificando vidas y familias sobre la Roca que es Jesús, las probabilidades de albergar en el corazón otros dioses y adorarlos es alta, por eso debemos construir nuestra propia historia con Jesús, no esperar que otros nos la cuenten; Jesús, el único DIOS REAL Y VERDADERO, está esperando que te decidas a vivir una vida íntegra, recta y de adoración a Él.



 

VIERNES 18 DE JUNIO


“VIDAS DIGNAS AL LLAMADO”

• Efesios 4: 1-16 •



Dios nos ha escogido para ser los representantes de Cristo en la tierra. Pablo nos desafía a tener vidas dignas al llamado que hemos recibido. Esto incluye ser humildes, gentiles, pacientes, comprensivos y pacificadores. La gente observa nuestras vidas. Pablo dice que somos parte de un solo cuerpo. Las diferencias que existen entre las personas nos pueden conducir a la división, esto no necesariamente tiene que ser así en la iglesia. En lugar de concentrarnos en lo que nos divide, deberíamos recordar que nos une un cuerpo, un Espíritu, una misma esperanza, un Señor, una fe, un bautismo, un Dios. Los miembros del cuerpo de Cristo no lograremos ser perfectos aquí en la tierra, por lo tanto, deberíamos aceptar y amar a otros cristianos a pesar de sus faltas. Cuando vemos errores deberíamos actuar con paciencia y amabilidad.


Guardar la unidad es una de las funciones del Espíritu Santo. Él guía, pero debemos estar dispuestos a que nos guíe. Todos los creyentes en Cristo pertenecemos a un solo cuerpo, todos nos hemos unido bajo la misma cabeza que es Cristo, Dios otorgó a cada creyente habilidades que pueden fortalecer todo el cuerpo. Él está por todos y en todos, esto muestra Su Presencia activa en el mundo y en las vidas de los creyentes. Cristo en su crucifixión y resurrección, obtuvo la victoria sobre Satanás. Cuando ascendió al cielo, dio dones a la iglesia. Cristo es el Señor de todo el universo, presente, pasado y futuro. El Espíritu Santo ha dado a cada cristiano dones especiales para edificar la iglesia. Dios ha dado a su iglesia una enorme responsabilidad, hacer discípulos en todas las naciones. Involucra predicar, enseñar, sanar, nutrir, dar, administrar, edificar y muchas tareas más; como el cuerpo de Cristo podemos expresar la plenitud de Él. Seguir la verdad en amor no siempre es fácil, conveniente ni placentero, pero es necesario si la iglesia va a cumplir con la obra de Cristo en el mundo.


“SÓLO HAY UN SEÑOR, UNA FE Y UN BAUTISMO”

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