Proverbios 19
El temor del Señor conduce a la vida (V. 23)
Este capítulo habla de un tema que se ha ido perdiendo: los valores éticos. El diccionario los define como “guía del comportamiento que regulan la conducta de un individuo. Entre ellos están: justicia, libertad, respeto, responsabilidad, integridad, lealtad, honestidad, equidad…”. De todos habla este capítulo.
En algún momento de nuestra historia se han perdido, ser íntegros es mejor que tener riquezas, pero el mundo no lo cree así. Es más importante conseguir todo lo que se quiere, entonces no importa el precio que haya que pagar: robar el pasaje, comprar sin factura o alterar las declaraciones para no pagar los impuestos, quedarse con el cambio cuando el cajero se equivoca, tomar útiles o papelería en la empresa (robar al empleador), retener el diezmo, negarse a entregarlo o dar menos… Éstas parecen minucias; más allá está el aceptar soborno, participar de corrupción, buscar el “dinero fácil” (micro tráfico, prostitución, vandalismo…).
Por otra parte, está el dar rienda suelta a nuestros deseos, viviendo una vida de pasiones desenfrenadas: muchos se van a vivir con alguien (matrimonio o unión libre) sin asumir la responsabilidad que conlleva compartir la vida con esa persona. Otros practican relaciones sexuales ilícitas o prueban sustancias si-coactivas, sin medir las consecuencias. Pierden el amor propio y menosprecian los caminos del Señor (V. 16).
Cuando llegamos a los pies de Jesucristo, dejamos de creernos miserables por no tener una posición social, empezamos a entender que es mejor agradar a Dios, que agradar al mundo y que el premio será entregado en vida eterna. Aprendemos a amarnos, a crecer en la verdad y en sabiduría, a obedecer lo que la Biblia nos manda, para guardarnos del mal. Es esto lo que debemos transmitir a nuestros hijos, procurar que ellos lo entiendan y apliquen, sólo así serán libres de la destrucción y recibirán la mejor herencia.
“…examinando qué es lo que agrada al Señor” Efesios 5:8-10
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