Miércoles 20 de Marzo de 2019
“Así que les pedí a tus discípulos que echaran fuera al espíritu maligno, pero no pudieron hacerlo”
Hay gran poder en aquellos que, creyendo, se ponen en acción. Creer ayuda a superar miedos, da fuerzas y hasta puede mover montañas. La incredulidad lleva al fracaso, en cambio la fe, aunque su tamaño sea como la semilla de mostaza, da como fruto, un éxito absoluto. Si pensamos: “No puedo,” hemos perdido la batalla y esto sucede demasiadas veces.
Un padre, tenía un hijo atormentado por un espíritu. Seguramente, había buscado muchísimas soluciones, gastado dinero, pero su hijo seguía sufriendo. Al encontrarse con Jesús clamó y “Jesús le dijo: “Si puedes creer, al que cree todo le es posible”.
E inmediatamente respondió: “Creo; ayuda mi incredulidad”. Grandísima respuesta de este hombre, se sentía incapaz pero no se rindió, clamó y pidió al único que podía ayudarle a creer.
Nadie puede fabricar la fe, simplemente existe, lo difícil es ponerla en acción. Jesús señaló, “Todas las cosas son posibles para el que cree”. Dime, cuán grande es tu problema y verás el tamaño de tu fe. Quizá pienses que no puedes y en ocasiones es verdad, entonces clama como este hombre hizo: “ayúdame en mi incredulidad”.
La fe proviene de Dios, Él la otorga; produjo fe en nosotros para podernos salvar por su gracia: “por gracia sois salvos por medio de la fe, y esto no de vosotros, pues es don de Dios, no por obras para que nadie se gloríe”. La gracia de Dios nos da fe. En medio de tu dificultad, clama a Dios, ruégale que te ayude, pídele el milagro que necesitas y espera…, en su momento y conforme a su Voluntad, Dios te dará la fe y la superarás.
¿Hay algún Dios tan grande como el nuestro?