Miércoles 27 de Marzo / 2019
1 Pedro 2: 4-10
Pedro habla de Cristo como la piedra viva, que ha sido rechazada, pero en Dios es escogida y perfeccionada para hacer preciosos a aquellos que habrían de probar la salvación. Bajo su misma esencia, como piedras vivas, Dios edifica una casa espiritual, un lugar al cual pueden acudir los refugiados, heridos, dolidos y desechados, convirtiéndonos en un sacerdocio santo, dispuestos siempre a ofrecer nuestras vidas como sacrificio espiritual que es aceptado por Dios, a través de Jesucristo.
A veces, los cristianos, experimentamos desaliento en nuestra vida, pero definitivamente la confianza en Dios nunca estará fuera de lugar, Dios no dejará que nos hundamos. Con toda seguridad podemos depender de Él porque es genuina la vida eterna que nos ofrece.
Para la iglesia que entiende el fundamento de la verdad, Cristo viene a ser apreciado y atesorado como algo valioso, mientras que para los que no creen, ese fundamento angular para la construcción de la confianza no puede ser alcanzado. Al no poder hacerlo se convierte en tropiezo para que la confianza no pueda surgir, con lo cual sólo queda la caída.
Aquellos que han puesto su confianza en la Roca no serán defraudados pues, han sido puestos por Dios como "linaje escogido" (habla de la naturaleza), "real sacerdocio" (habla del servicio), "nación santa" (habla del proceso de santificación que es llevado a cabo en nosotros) y "pueblo que pertenece a Dios" (habla de nuestra identidad con el Padre).
Antes no habíamos recibido misericordia, pero ahora ya la hemos recibido.
Antes no teníamos una identidad, nuestra identidad era vana, perecedera, más ahora, somos pueblo. Fuimos un pueblo lejano a su identidad, no éramos dignos de su misericordia, pero al recibir a Cristo como nuestro Señor y Salvador, hemos encontrado su misericordia.
Comments